EuroBasque (Consejo Vasco del Movimiento Europeo)
Resumen ejecutivo
A comienzos de 2017, las instituciones comunitarias abrieron un debate sobre el futuro de Europa en el que invitaron a participar al conjunto de Estados, pueblos, regiones y sociedad civil. El Consejo Vasco del Movimiento Europeo, como respuesta a este requerimiento, inició un proceso de reflexión sobre el futuro de Europa, abierto y participativo, y que debía culminar con la redacción de un documento propio que incluyese aportaciones concretas a este debate.1 I. Introducción a. Los vascos sufrimos, como el resto de pueblos europeos, el fascismo, la dictadura, el exilio y las guerras. Pero también nos sumamos desde el primer momento al sueño de unir políticamente el continente de forma pacífica y democrática. Las autoridades democráticas vascas del exilio participaron en el Congreso de Europa de La Haya de 1948 y en todas las iniciativas que trataban de construir una Europa democrática en paz. b. La Unión no ha sido construida en base únicamente a intereses, por muy legítimos que éstos sean, sino en base a unos sólidos valores compartidos. Debemos recordar y enfatizar esta visión humanista de Europa en el presente debate: la lucha contra los fascismos y la negación de la guerra como mecanismo de resolución de conflictos, a la vez que la defensa de la dignidad humana, de la libertad y de la solidaridad, de la democracia; en definitiva, la centralidad de la persona en la política. c. El Consejo vasco del Movimiento Europeo – Eurobasque, vio con profunda preocupación la negociación del Consejo Europeo de 18 y 19 de febrero de 2016 con el gobierno británico, que terminó con la aceptación de un nuevo régimen para el Reino Unido en la Unión Europea, en el caso de que se hubiese producido en el referéndum británico un resultado favorable a permanecer en la UE. d. Aun considerando el resultado del referéndum británico una mala noticia, por las graves consecuencias que tendrá para los ciudadanos de las islas y del resto de Europa, Eurobasque se alegra de que nunca haya entrado en vigor el acuerdo referido al mencionado nuevo estatus británico, en particular la aceptación de que algún Estado miembro pudiese quedar liberado del compromiso con una Unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa. Este compromiso no es un peaje a pagar, como muchos partidarios del Brexit proclamaron durante la campaña electoral, sino la piedra angular del proceso de integración. Tal y como señalaron los 27 gobiernos junto con las instituciones de la Unión Europea en su Declaración de Roma del 25 de marzo de 2017, “la unidad de Europa es tanto una necesidad como nuestra libre elección”. e. Eurobasque quiere recordar que este renovado impulso a la integración europea que estamos viviendo, del mismo modo que sucedió en la segunda mitad de la década de 1980, ha sido en buena medida propiciado por el Parlamento Europeo. Queremos poner en valor el Proyecto de Informe sobre posibles evoluciones y ajustes del sistema institucional actual de la UE, de 5 de julio de 2016, así como las tres resoluciones aprobadas el 16 de febrero de 2017, entre las cuales destacamos particularmente la referida a posibles modificaciones y ajustes de la actual configuración institucional de la UE, así como la Resolución sobre las negociaciones con el Reino Unido tras su notificación de que se separará de la UE, de 5 de abril de 2017. También valoramos positivamente los trabajos realizados por la Comisión Europea, en particular su Libro Blanco sobre el futuro de Europa y los distintos documentos de reflexión. f. Eurobasque considera que la Europa que queremos y necesitamos requiere de una reforma en profundidad de los tratados que deberá producirse mediante una Convención ampliamente representativa que incluya a representantes de los parlamentos estatales y de las nacionalidades constitucionales, gobiernos de los Estados, Comisión, Parlamento Europeo, Comité Económico y Social y Comité de las Regiones, así como abierto de forma efectiva a la participación de la ciudadanía europea y de la sociedad civil. g. Del mismo modo, apoyamos la crítica del Parlamento Europeo a la idea de una “Europa a la carta” o de una “Europa de dos velocidades”, por ser contraria al espíritu fundacional de la construcción europea. La posibilidad de elegir políticas, por todos los Estados y en todas las áreas, amenaza con convertir la Unión en una entidad política con escasa coherencia, con grandes problemas de gestión y de casi imposible explicación a los ciudadanos. h. En cualquier caso, si no hubiese voluntad política suficiente para avanzar todos a la vez, deberá encontrarse una fórmula para que quienes mantienen su fidelidad al proyecto inicial puedan reforzar “los cimientos de una comunidad más amplia y profunda entre los pueblos” y “las instituciones capaces de guiar un destino en adelante compartido”2, para seguir avanzando hacia la Federación europea a que Robert Schuman hacía referencia en su Declaración del 9 de mayo de 1950.3 En este sentido, debería explicitarse que éste es el fin último de la integración europea. i. También es necesario reforzar los mecanismos comunitarios de toma de decisiones e implementación de las políticas europeas, limitando el intergubernamentalismo y volviendo a equilibrar el funcionamiento institucional apuntalando la dimensión comunitaria, que constituye el corazón del proceso de integración. j. No conviene olvidar que la Unión se creó por las insuficiencias de los Estados para abordar y solucionar problemas de carácter europeo e internacional. Los Estados no pueden pretender monopolizar la gestión y el control de la Unión, porque se limitaría en gran medida su potencial. Además, es necesario que la UE sea más visible, para contribuir a que los ciudadanos tengan una idea real de las acciones y responsabilidades de la Unión Europea, de los Estados y de los demás niveles de gobierno. k. Partiendo de estas reflexiones generales, a continuación se detallan algunas propuestas que intentan enriquecer el debate sobre el futuro de Europa que se está produciendo en la actualidad. II. Nuevas competencias para una mayor y mejor integración europea 1. Transferencia de nuevas competencias a la UE en materia social, más allá de las que actualmente detenta, de simple apoyo y complemento de la acción de los Estados miembros. En concreto, se propone modificar el art. 153 del TFUE para otorgar capacidad jurídica a la UE en materia de condiciones de trabajo, entorno de salud y seguridad, seguridad social y protección social, lucha contra la exclusión social, etc. Sobre la base de la nueva competencia, se sugiere, en particular, la creación de un Salario Mínimo Europeo en función del distinto coste de la vida de cada país y la creación de un sistema europeo de garantía de ingresos mínimos, que completaría a los sistemas estatales o regionales. Se podría establecer una horquilla del SMI europeo (por ejemplo, entre el 50% y el 85%) que fijaría el legislador estatal o regional competente. Los gastos destinados a esta política social no deberían computar a efectos del cálculo del déficit y deuda. 2. Es necesario contar con los jóvenes en el presente debate sobre el futuro de Europa. Para fomentar su participación democrática, se propone que en las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 tengan derecho de voto todas las personas mayores de 16 años. 3. Recoger en los tratados que el Parlamento Europeo elegirá al presidente de la Comisión de entre los candidatos presentados por los partidos a las elecciones europeas. Este vínculo directo entre el voto ciudadano y la elección del Presidente de la Comisión facilitaría la inteligibilidad del sistema político comunitario y el acercamiento de los ciudadanos a las instituciones. 4. Sustituir la composición nacional de la Comisión Europea por otra más racional y eficaz, con menos Comisarios y terminando con el principio de que cada Estado debatener un puesto, sujeto a un sistema de rotación o compensación que asegure que no habrá sesgos nacionales en la elección de los comisarios y comisarias. 5. Iniciativa legislativa ciudadana. El art. 11.4 del TUE establece que: “Un grupo de al menos un millón de ciudadanos/as de la Unión, que sean nacionales de un número significativo de Estados miembros, podrá tomar la iniciativa de invitar a la Comisión Europea, en el marco de sus atribuciones, a que presente una propuesta adecuada sobre cuestiones que estos ciudadanos estimen que requieren un acto jurídico de la Unión para los fines de la aplicación de los Tratados”. 6. En el contexto de la armonización impositiva en la UE, modificar el procedimiento legislativo especial y la unanimidad por el Consejo, previstos por los arts. 113 y 115 del TFUE, por el procedimiento legislativo ordinario con el Parlamento Europeo, lo que facilitaría la adopción de Directivas de armonización fiscal, que puedan establecer, por ejemplo, unos tipos mínimos y máximos del impuesto de sociedades y eliminar así el dumping fiscal. 7. Aumento del presupuesto y los recursos propios de la Unión Europea. Entre otras medidas, se sugiere la imposición de una tarifa común para las transacciones financieras y un gravamen en la frontera de la UE a las empresas importadoras contaminantes. 8. Introducir en los tratados los principios de primacía y efecto directo del derecho comunitario sobre el derecho de los Estados, dentro de los poderes y políticas de la UE. Es necesario recuperar lo establecido por el tratado constitucional, ya que no es suficiente con la declaración adjunta al Tratado de Lisboa. Es la interpretación coherente con el principio de ceder competencias en el que se fundamenta la construcción europea desde la declaración de Robert Schuman del 9 de mayo de 1950. III. Otras posibles áreas de avance 1. Avance hacia una política común europea para la gestión de la crisis humanitaria de los refugiados. 2. Articular un mecanismo, mediante una competencia compartida entre los Estados miembros y la UE, por el que la Unión Europea pueda conceder la ciudadanía europea a personas que no sean nacionales de ningún Estado miembro, bajo ciertas condiciones y supuestos. 3. Medidas para fortalecer la creación de medios de comunicación que operen en más de tres Estados y tres o más lenguas, con el fin de fortalecer una opinión pública europea. 4. Todos los estudiantes europeos deberían poder realizar una estancia de al menos un semestre en otro país de la Unión mientras cursan sus estudios obligatorios. Para ello la UE debería movilizar recursos para financiar esta iniciativa, principalmente mediante un sistema de becas suficiente para las familias con menos recursos. 5. Debería impulsarse y facilitarse, incluyendo subvenciones financiadas por la UE, el aprendizaje de las lenguas europeas en todos los países miembros (con carácter urgente las oficiales en los respectivos Estados y regiones, y paulatinamente todas las lenguas, por constituir el mejor acervo cultural común de la Unión). 6. Creación de una Universidad pública europea, con sedes y campus en todos los países miembros y financiada con cargo a recursos propios de la UE. Su objetivo sería completar los sistemas universitarios nacionales y recoger las mejores prácticas universitarias europeas y mundiales, tanto en lo académico e investigador como en su organización y funcionamiento interno, sirviendo de inspiración y siendo elemento tractor de la innovación en todo el sistema universitario y productivo europeo. Podría comenzar por grados y posgrados novedosos en áreas emergentes y transdisciplinares de interés común europeo o donde la dimensión europea aporte un valor añadido. 7. La Comisión Europea elaborará un informe sobre el establecimiento de un mínimo curricular en los diferentes sistemas educativos y regionales de los Estados miembros con el objetivo de que todos los europeos conozcamos nuestras relaciones comunes a lo largo de la historia, superando el desconocimiento y los recelos entre el este y el oeste, el norte y el sur, y seamos conscientes de la importancia del marco europeo dentro del marco mundial. Una historia de Europa abierta y crítica, que muestre toda la complejidad de nuestra historia debe ser el mecanismo para superar las historias parciales y los sesgos que tan importantes han sido en dividir a los ciudadanos de Europa por distintas fronteras mentales. 8. La Comisión Europea elaborará un informe sobre el problema de la baja natalidad, que incluya medidas y propuestas. Se trata de un grave y complejo problema europeo que requiere un debate común y soluciones comunes, al menos en algunos aspectos. IV. Reflexión y propuestas sobre el papel de las regiones y las nacionalidades en la Unión Europea En los documentos que circulan con propuestas sobre el futuro de Europa se evidencia una clara ausencia de desarrollo de la dimensión regional, del principio de subsidiariedad y de la participación de los actores políticos no estatales. Incluso la resolución del Parlamento Europeo de 16 de febrero de 2017, tan detallada en tantos aspectos, hace únicamente dos referencias a las regiones: “AF. Considerando que las funciones del Comité Económico y Social Europeo y del Comité de las Regiones deben salvaguardarse en cuanto representantes institucionales de las organizaciones de la sociedad civil y agentes regionales y locales, dado que sus opiniones contribuyen a aumentar la legitimidad democrática de los procesos legislativos y de formulación de políticas. a. Eurobasque advierte que esta cuestión está ausente del debate oficial en las instituciones de la Unión y considera claramente insuficiente lo que el documento del Parlamento Europeo propone respecto al papel y futuro de las regiones en la gobernanza europea. b. Es cierto que las regiones y poderes locales están comprometidos con una Europa más unida y que es necesario mejorar la gobernanza actual para conseguir que sea más eficaz. Pero para ello no es suficiente con salvaguardar sus funciones, ni limitar su papel a emitir opiniones. c. Por otro lado, a pesar de las diversas reformas de los tratados desde la creación del Comité de las Regiones, la cuestión del acomodo de las regiones en la UE no ha sido resuelta y, a la luz de los documentos que se van haciendo públicos sobre el presente debate sobre el futuro de Europa, ni siquiera parece estar en la agenda. d. Eurobasque observa con preocupación esta situación y ha elaborado las siguientes propuestas para impulsar una reflexión sobre esta cuestión: 1. Como punto de partida, no se pretende condicionar la gobernanza del conjunto de la Unión por tratar de solucionar un problema particular de algunas regiones y nacionalidades, por legítimo que éste sea. 2. Sin embargo, sí parece necesario que la Unión Europea reconozca esta situación y establezca en los tratados un principio de flexibilidad para que el sistema de gobernanza general pueda incorporar elementos diferenciales para responder a las particulares necesidades de participación de los Estados políticamente compuestos o federales, cuando sea necesario para implementar el eventual acuerdo interno del Estado afectado. Es evidente que no es fácil encontrar un equilibrio entre la necesaria unidad y el respeto de la enorme diversidad de la Unión. Pero éste es precisamente el lema de la Unión. La dificultad de la tarea no puede servir de excusa para evitar afrontar el reto. 3. Es necesario que las regiones, y en concreto las regiones y nacionalidades constitucionales que poseen parlamentos con capacidad legislativa elegidos por la ciudadanía, participen de forma más efectiva en el funcionamiento de la vida política de la UE. Ello acercaría Europa a los ciudadanos de estas regiones y articularía mejor la complejidad política europea, dotando además de mayor legitimidad al conjunto de la UE. 4. La Comisión Europea elaborará un informe con la identificación de las regiones legislativas y nacionalidades constitucionales, así como de sus competencias y poderes, al efecto de crear un mapa del poder regional que sirva de base para la discusión. 5. La Comisión Europea realizará una propuesta con fórmulas concretas para reforzar el papel político de las regiones con competencias legislativas, y en particular el de las nacionalidades reconocidas por los distintos sistemas constitucionales, para mejorar la legitimidad de la Unión sin causar agravios comparativos entre Estados ni dificultar el proceso legislativo y de toma de decisiones de la Unión. 6. Crear un grupo de trabajo interinstitucional, con la participación del Comité de las Regiones, para debatir el adecuado encaje político de las regiones constitucionales con poderes legislativos y las nacionalidades constitucionales en el sistema político y legislativo de la UE. 7. Nacionalidades constitucionales. Una nacionalidad constitucional tiene una constitución propia o un estatuto de autonomía pactado dentro del Estado y establecido por la Constitución de su Estado. Ello supone que constituye un marco político propio y que la mayoría de su parlamento puede ser distinta de la del parlamento del conjunto del Estado. 8. Un caso de particular importancia afecta a las haciendas forales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (dentro de la Comunidad Autónoma de Euskadi), y Comunidad Foral Navarra. Las decisiones referidas a la fiscalidad, etc., en el marco del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE (Ecofin) deberían poder contar con la participación de estas autoridades competentes. Esta participación debe contar con el acuerdo interno del Estado y con el cambio en el reglamento del Ecofin que la haga posible. 9. En línea con los puntos ya mencionados, a estas entidades políticas se les podría conferir un estatuto de nacionalidad asociada a la Unión, siempre con el acuerdo del Estado miembro correspondiente, y con un catálogo acordado y claro de sus derechos y obligaciones. Esta idea se inspira en la hace tiempo olvidada propuesta de Alain Lamassoure, que muchas personas e instituciones consideraron prometedora en su momento y que al menos parece una idea interesante a explorar. 10. De forma similar, el número limitado de parlamentos regionales hace viable su incorporación y asociación más efectiva a los trabajos de las instituciones de la UE, tanto en lo referente al acceso a la información como a la efectiva participación, dentro de sus competencias, en los distintos comités del Parlamento, Comisión y Consejo (dentro del esquema institucional que plantea la resolución del Parlamento Europeo). 11. El procedimiento actual y el sistema de votación del Consejo de la Unión obliga, en la práctica, a que todas las regiones de un Estado, en el marco de sus competencias, deban acordar una única posición que será defendida por su gobierno central en la votación. Cuando esto no es posible, es el propio gobierno quien fija su posición, aunque no sea el órgano constitucional en ostentar internamente dicha competencia. Ante este problema práctico, es necesario examinar otras opciones que puedan facilitar la participación efectiva de estas regiones políticas, incluida la posibilidad de que el gobierno central pueda descomponer el número de sus votos en dos o más opciones. Dado que los temas que se discuten en el Consejo son, por definición, de carácter europeo o la dimensión europea supone un plus de efectividad, el voto por Estados es funcional pero no compromete la posibilidad de que diversos sujetos políticos regionales se posicionen de forma distinta dentro de un debate de ámbito europeo, en función de sus particulares intereses o estructuras económicas o sociales. Abrir esta posibilidad a dividir el voto (un Estado con 27 votos podría votar con 21 votos a favor y 6 en contra, en función de lo que le indicasen sus distintas regiones) facilitaría mucho la búsqueda de soluciones internas a este difícil problema de algunos Estados. Además, fortalecería la legitimidad de la Unión, visualizaría mejor la responsabilidad de cada nivel de gobierno y su rendición de cuentas, y contribuiría a que los debates europeos interesasen más a los ciudadanos de estas regiones. 12. En este sentido, es razonable solicitar que los Estados que no poseen este nivel político subestatal permitan un grado de flexibilidad normativa y reglamentaria que haga posible la participación real de las autoridades constitucionalmente competentes y democráticamente elegidas para gestionar tales políticas. La Comisión, en estrecha colaboración y consulta con los Estados y regiones afectadas, y escuchando los puntos de vista de los Estados no afectados, debería elaborar propuestas concretas para corregir este déficit democrático derivado del intergubernamentalismo que ha desarrollado el actual sistema de gobernanza institucional. 13. La Unión Europea debe mostrar, aprovechando que se encuentra en un momento de reflexión sobre su propio futuro institucional, la inteligencia y flexibilidad para permitir que la diversidad política de sus Estados miembros pueda adaptarse y participar de forma efectiva en la gobernanza europea. 14. Desde el principio de subsidiariedad, creación de circunscripciones subestatales en las elecciones europeas, en los Estados descentralizados o compuestos, para acercar Europa a las realidades de las regiones con competencias legislativas y nacionalidades, evitando así el riesgo de la desafección ciudadana hacia Europa y hacia el propio sistema institucional. V. Otras propuestas destinadas a las instituciones vascas 1. Eurobasque valora positivamente la iniciativa del Gobierno Vasco para redactar el documento Visión del futuro de Europa, e invita al Parlamento Vasco e instituciones forales y municipales para que se sumen al debate sobre el futuro de Europa, teniendo en cuenta muy especialmente la Resolución del Parlamento Europeo, de 16 de febrero de 2017, sobre posibles modificaciones y ajustes de la actual configuración institucional de la UE. 2. Invitación al Parlamento vasco para que examine la posibilidad, en línea con lo propuesto en dicho documento, de que los ciudadanos europeos residentes en Euskadi puedan votar (y ser elegidos) en las elecciones vascas, como ya pueden hacer en las europeas y municipales. Lo mismo respecto a las elecciones forales. 3. Invitación al Parlamento Vasco para que celebre un pleno monográfico sobre el impacto de la integración europea en el autogobierno vasco y el debate sobre el futuro de Europa. También se invita a buscar mecanismos de diálogo y puesta en común entre los/as diputados/as electos/as del Parlamento Vasco y los/las del Parlamento Europeo. 4. Invitación al Gobierno Vasco para que celebre un pleno monográfico sobre el impacto de la integración europea en el autogobierno vasco. El listado de competencias que se han comunitarizado debería ser un documento de partida para establecer mecanismos de participación y control democrático por las autoridades vascas en la gestión comunitaria. 5. Recordar la importancia que el marco de la Unión Europea tiene para el autogobierno vasco y recomendar que en los trabajos parlamentarios sobre la actualización del estatus político se tenga en cuenta de forma adecuada. Ello, además, ayudaría a dar visibilidad a la integración europea entre la ciudadanía vasca. 6. Invitación al Parlamento Vasco para que impulse la redacción de un documento de apoyo al proceso de integración europeo firmado por las presidencias de los parlamentos no estatales, mostrando la visión de la Europa que queremos. 7. Impulso del aprendizaje de las lenguas europeas entre la ciudadanía vasca. En este sentido se recomienda impulsar la emisión de películas y programas en versión original subtitulada.
El texto que se presenta se ha elaborado sobre la base de una ponencia inicial, enriquecida con aportaciones de la Junta directiva, de diversas personas expertas en integración europea, de los miembros de la Asamblea General de Eurobasque, de jóvenes y de diversas asociaciones de la sociedad civil.
Eurobasque, fruto de esta amplia reflexión, concluye que Europa es más necesaria que nunca y que es preciso reforzar el proceso de integración política europea, si bien el modelo de integración y algunos elementos de su diseño institucional deberían ser revisados, completados y mejorados. En particular, destaca la necesidad de fortalecer su dimensión social, desarrollando y fortaleciendo la solidaridad europea, y su vocación federal, avanzando hacia un modelo político más democrático y eficaz, que necesariamente debe fortalecer la dimensión comunitaria y regional de las decisiones, e incluir en su modelo de gobernanza a las nacionalidades constitucionales y las regiones con competencias legislativas.
Considerando que esta disposición ha sido muy bien acogida por la ciudadanía, que permite avanzar en la mejor legitimidad de la Unión Europea, pero cuyo desarrollo ha mostrado no ser suficiente para que las iniciativas ciudadanas tengan el impacto político y legislativo que merecen, se propone aumentar la exigencia en los requisitos que la Comisión deberá cumplir para rechazar una solicitud ciudadana. En particular, se propone que la justificación para rechazar la solicitud sea examinada y validada por el Parlamento Europeo. Si el Parlamento Europeo considera que tales justificaciones no están suficientemente acreditadas, pedirá explicaciones a la Comisión y podrá debatir tal solicitud en el comité más apropiado para examinar su viabilidad.
Las Delegaciones de la Unión podrían completar los servicios ofrecidos a los ciudadanos por los Estados fuera del territorio de la Unión y la Unión Europea podría comenzar a desarrollar una política efectiva, autónoma y coordinada con los Estados, en relación con los refugiados y exiliados. Una medida transitoria para facilitar este avance podría ser la creación de una tarjeta verde europea, gestionada por la Comisión Europea.
AG. Considerando que una mayoría clara de gobiernos regionales y locales de la Unión han expresado sistemáticamente su visión, mediante el Comité de las Regiones, a favor de una Unión más integrada con una gobernanza eficaz”.
Esto significa que en las decisiones de gran trascendencia, como la reforma de los tratados de la UE, estas nacionalidades deberían estar representadas en la Convención donde se discute la reforma. Puede valorarse su derecho a voto o los mecanismos concretos de participación, en función de los principios de funcionamiento que finalmente se acuerden, pero resulta muy difícil negar la participación en los debates, para poder realizar de forma directa sus propias contribuciones. El limitado número de nacionalidades constitucionales hace factible esta propuesta.
Puede recordarse que consideraciones políticas y de legitimidad ya han permitido esto en el pasado. Así, del mismo modo que la Convención que elaboró el tratado constitucional contó con la participación de diversos Estados que no eran jurídicamente miembros de la Unión, sería posible asociar ahora a las nacionalidades que no tienen Estado pero que constituyen marcos políticos diferenciales, reconocidos por sus sistemas constitucionales, y que se verán afectados en sus competencias y poderes por el nuevo marco legal europeo.
Examinar la forma de tramitar una petición similar en el Congreso de los Diputados y Senado para que también puedan votar y ser elegidos los ciudadanos europeos en las elecciones a las Cortes Generales.
1 La Junta Directiva del Consejo Vasco del Movimiento Europeo, Eurobasque, reunida el 13 de julio de 2017 en Donostia, adoptó el Acuerdo de EuroBasque referente a la Resolución del Parlamento Europeo de 16 de febrero de 2017 sobre el Futuro de Europa, en el que recibía con profundo interés la Resolución del Parlamento Europeo, de 16 de febrero de 2017, sobre posibles modificaciones y ajustes de la actual configuración institucional de la UE (Resolución 2014/2248 (INI)), y consideraba dicha resolución como el punto de partida de su propia reflexión en el marco del Debate sobre el futuro de Europa y del 70 aniversario del Congreso de Europa, celebrado en La Haya en mayo de 1948.
2 “Résolus à substituer aux rivalités séculaires une fusion de leurs intérêts essentiels, à fonder par l’instauration d’une communauté économique les premières assises d’une communauté plus large et plus profonde entre des peuples longtemps opposés par des divisions sanglantes, et à jeter les bases d’institutions capables d’orienter un destin désormais partagé” (Tratado constitutivo de la Comunidad europea del carbón y del acero, 18 abril 1951, cursivas añadidas). 3 “La mise en commun des productions de charbon et d’acier assurera immédiatement l’établissement de bases communes de développement économique, première étape de la Fédération européenne, et changera le destin des régions longtemps vouées à la fabrication des armes de guerre dont elles ont été les plus constantes victimes.” (cursivas añadidas).
3 “La mise en commun des productions de charbon et d’acier assurera immédiatement l’établissement de bases communes de développement économique, première étape de la Fédération européenne, et changera le destin des régions longtemps vouées à la fabrication des armes de guerre dont elles ont été les plus constantes victimes.” (cursivas añadidas).